Saturday, November 26, 2005

sublimar la rutina

al peatón afrodisíaco que comulga en las paradas del autobus sólo piensa en deshabillar a las damas del otoño. rojas sus barbas y sus ideas, rojos sus pensamientos, rojo el vino rojo que ilumina su mirada. en el trayecto se enfrasca en libros de versos y co(medias de enredo. las paradas se suceden hasta que se olvida de bajar y baja. entonces le acometen las preguntas: ¿dónde estoy? ¿cómo te llamas? ¿estudias o trabajas? y se va con su sombra a peor vida donde sus quehaceres cotidianos le marcan a ritmo de tambor de galera . tan ciudadano, tan solsticio, tan trivial (pursuit) que silva, corre, da un saltito y aplaude con los tacones. así logra burlar y bailar la marcha fúnebre. así logra sonreír con la sonrisa y no con la cortesía. así logra desnudar todas las noches a una primavera y vestir al otoño de día.

rescatado del suelo mojado. al mango y la canela

pasen y lean

todo el mundo que viene al cafetín me pregunta por la puerta del rincón de la derecha. pues bien señores, es un agujero en el espacio. de ahí podréis teletransportaros a méxico con txui y pantxo o al mundo donde los sietes persiguen los ochos o al planeta de los que fugen de occidente o al suelo urbano recién pavimentado por lojero. os invito a pasar pero no sin antes pagar lo que pidieron. ahora se explican las corrientes de aire que se desordenan los apuntes de los poetas.

Tuesday, November 22, 2005

sexo en la trastienda

como un judío que vende el dinero de su comprador, voy a por mi tabaco y vuelvo con todo tipo de regalos: mecheros, tazas... hasta una correa para el móvil; fruto del coqueteo que me traigo con la todabía joven estanquera. no descarto incrementar el enredo este y robarle un café. sé que tipo de mujer es y cómo proceder, pero creo que todabía hay que dar más candela en el coqueteo. siempre que voy provoco su sonrisa, ahora sólo falta hacerla reír... después de eso todo será más fácil. no me lo neguéis, vosotros los varones, que hacerlo en la trastienda es una fantasía por la que merece la pena luchar. bueno, tras esta tonta confidencia voy a fumar un cigarro a su salud (a costa de la mía).

Friday, November 18, 2005

no puedo, me duelen los pies

la alberca está vacía
de reproches y broches
que pudieran
ganarse a pulso
su sequía
y su repudio

llueve ahora
como agua de noviembre
y el concreto se oscurece
y aflora el aroma
a piedra mojada,
perfume tosco y vasco
de arcillas y margas

así se llena
la alberca
de restos flotantes.
no seré yo
quien limpie el ya hielo
del desconsuelo
de saberse solo
que mejor acompañado

rescatado por olvido. ¿bailas?

un dulce de leche, por favor

la locomotora vuelve a quemar madera.
va de jauja a la atlántida,
de antaño a anteayer,
de perdidos al andén.

la locomotora vuelve a sonar sirena.
desfile de maletas,
"pasajeros al tren",
polizones de bien.

la locomotora vuelve a brotar mi pena.
mariposas de pañuelos,
adiós a mi amor zen,
mi alma de nuevo rehén.

rescatado por hastío. un café con leche, por favor.

Tuesday, November 15, 2005

una imagen que vale las palabras


by miguel

Monday, November 14, 2005

perfumes mojados

los sombreros se miran unos a otros desde los percheros. dentro se está bien viendo a la gente correr bajo el aguacero. hay calor y aromas y suena el jazz del piano y el saxofón que tanto me gustan. saboreo el cuerpo del vino hasta que entra ella. jamás ví un abrigo largo tan pequeño. la seguí a la barra y antes de que sacara el cigarro ya prendí fuego :"¿bebes?". tenía el pelo mojado y despedía ozono de sus poros. se quitó los guantes mientras hacía una mueca para sostener el cigarro con sus labios :"whisky". disparó el humo a mi rostro que quedó impasible clavado en sus ojos. en ellos encontré fatalidad, decadencia y lágrimas de un pasado anterior.

"dar con un taxi libre una noche como hoy es imposible. la ciudad resulta frenética. por eso vengo aquí a beber, convidando si es posible, conversar, fumar tranquilamente... luego, cuando en las calles ya sólo quedan pisadas lejanas, charcos en los adoquines y papeles mojados camino solo, en el peor de los casos, con la música de los televisores del barrio. sin embargo es rara la noche que no termino en la cama de la dama a quien convido".

"¿has probado en la estación? allí siempre hay taxis libres esperando."

" señor, un whisky para la señorita y a mí póngame otra copita de vino. gracias". deslicé un cigarro de mi pitillera. ella seguía mirándose en el espejo de detrás de la barra, entre los humos y los ires y venires del camarero. "la tragedia de mis romances es que sólo duran para todo la vida".

Ella me miró de repente... apagó el cigarro y dejó la propina. "vamos a la estación". allí quedaron las dos copas llenas, el rastro a perfume mojado y el goteo irrefrenable de los guantes.

Sunday, November 13, 2005

andrés calamaro

he intentado escribir sobre el concierto del sábado, pero no lo he asimilado todabía, pues todo lo que escribía se quedaba corto. así que os dejo con chabi que él sí a podido y de qué manera.

Ya pasó. Y qué bueno fue. Increíble. Y no es que sea el hecho de ir a ver a una persona en concreto. Se trata de una parte de vida, unas canciones, sí, pero también amigos, alegrías y tristezas, amores y desamores, sentimientos, pensamientos e ideas, una filosofía si me apuras. Más que ir a ver al Andrelo, me estaba encontrando a mí mismo. Incluso la aparición de Ariel contribuyó aún más a agrandar ese momento, haciendo que viviese situaciones que siempre habíamos soñado y pensábamos nunca disfrutaríamos. Pero así fue. Calamaro jugaba con la magia entre las manos, nos la lanzaba, nos perforaba los corazones, y la recogía de nuevo para que ésta se deslizase por las cuerdas de Ariel. Y claro, cómo no, tenía que aparecer esa incómoda pero comodísima humedad en los ojos, en los ojos dos ojos. Al escuchar esos versos que a pesar de saberlos al dedillo resultaban completamente inesperados, al encontrarte sumergido en un mar de voces al unísono, al oír las dedicatorias, al sentir los comienzos de esas canciones que forman parte de ti, los ojos se humedecían y no podías hacer otra cosa que sonreír un poquito más. Y entonces notabas una mano apoyada en el hombro, que se estrechaba fuertemente contra ti, un susurro gritado al oído, un abrazo, una mirada diciéndolo todo, y notabas que todo lo compartías con tus acompañantes, con esos que se habían apuntado a esa mini excursión. Y es que no faltó de nada. Examen mañanero (bien), llegada a primera hora de la tarde, recepción en Okendo número 11, pintxos por el casco viejo, concierto, gran parranda nocturna, vómitos (ajenos) y risas de madrugada, petit dejeneur a las tres de la tarde, promenade por peine de los vientos, y vuelta después de 24 horas intensísimas. Todo ello acompañados de nuestra incesante amiga lluvia, que caía golpeando suavemente los pedazos rotos del espejo interior. En fin, el texto se me queda corto y las palabras ingratas para poder plasmar aquí lo vivido durante estas horas con mis amigos, lo vivido por mi para con ellos y viceversa. ...

así fue y así se lo ha contado javier bernarte. a él gracias por sacar la experiencia en mi cafetín, a octavio por acogernos, y los demás por compartir. un abrazo. (mucho andrés)

Wednesday, November 02, 2005

el descafetín

no sé qué contar. podría hablar de la amargura que he acunado esta mañana cuando he vaciado el neceser de mi viaje. ni si quiera me han venido recuerdos... eran sensaciones. en fín, sé que hay mucha amargura y mucha nostalgia en estas últimas entradas, pero qué quieren que haga... así es el sabor del café. de todas maneras trataré de vez en cuando servir descafeinados. bien podría habilitar un rincón para las risas, lo soez, lo absurdo, lo subreal... será el descafetín, ¿os parece?

aquí cuelgo algo del bueno de aute, que hizo que ayer noche me tronchara.

el paisanaje
que hace pis en el paisaje
hace país.

marcando territoro, como los perros.


bueno, es tiempo para los disparates, los juegos de palabras, las contradicciones y los refranes del revés. no se corten. cuando se me ocurra uno yo también pienso colgarlo. anímense.

un abrazo