la primera verdad
desaparezco, no me importa. un silencio delicioso, cauto y e irresponsablemente responsable. durante un tiempo la necesidad de expresarme la vengo satisfaciendo por otros cauces... acequias que devienen ríos. sonidos y lineas. pensamiento contenido con un riesgo formidable a desbordar. pero no me conformo y hago de esto un afluente para desembocar en un río mayor... un río milenario, donde refresco las piernas desnudas de las bañistas a mi paso por las rivieras y los puentes fraternizan con majestuosidad las orillas de la ciudad. para llegar al mar me asocio con la gravedad y los ciclos naturales. esperando en silenciosa sequía he podido asumir la responsabilidad que me otorga llevar agua. reflejar rostros, coleccionar lágrimas, disolver la cicuta para los ministros de asuntos exteriores... soy una capacidad de vida. todos lo somos, no lo olviden. piensen en las piernas de las bañistas