desde la calma
en el ojo del huracán, donde todo y nada son la misma cosa, dilaté mis capacidades, dominé mi sueño, mi nervio, mi quimera. 30 días y 30 noches, sin descanso ni tregua, sin lugar al esparcimiento, acumulados en un papel con mi sudor. los días fueron martes y las noches días. estoy a la espera de dos pero estoy cerca, muy cerca. (Daniel Ferreiro, mi compañero, tiene algo que ver en todo esto. Muchas gracias)