de la creación
ser y estar. eso es toda la poética de un árbol. no es poca, si no esencial. pero si el hombre se limitara a eso acabaría por desarrollar hojas de clorofila y pólem volatil.
el árbol por si mismo no puede hacer otra cosa que esperar y recibir. sin esta premisa no podría dar. digamos que sólo opta a transformar. Y aunque quieran hacernos creer que el hombre también está limitado a eso quiero creer que más propio del hombre es el crear y destruir. los que sólo creen en la materia habrán comenzado ya a desgarrar el primer botón de su chaqueta, pero déjenme que les hable del plano de proyección.
el movimiento sólo se entiende con la variación del espacio y del tiempo. en estas variables se ha especializado el hombre y para ello ha visto necesario desarrollar un mundo virtual donde los hechos suceden antes de que acontezcan en ese mundo material. para participar de ese mundo es menester proyectar, anticiparse, construir en la nada con la memoria. ¿transformación? es posible, ¿pero transformación de qué? ¿de ideas?, ¿de voluntades?
lo que yo quiero sostener es que en ese proceso hay un salto cuántico donde se da la creación. es como una chispa de menor rango que el big bang pero que produce los mismos efectos. cada persona contiene un universo explorable pero inabarcable. existe un infinito dentro de nosotros además de entrañas. sintonizar esa dimensión es un ejercicio probablemente espiritual además de intelectual y sensible.
lo fascinante de todo esto es que si logramos traernos algo de ese mundo del que os hablo a éste, el de la materia, provocará en otro hombre que lo perciva una evocación a su infinito propio. surge así una red que comunica los distintos infinitos de cada individuo. lo que nos une es pues la percepción, aunque en cada cual sea distinta. es todo el aparato perceptivo el que es común en el hombre.
el árbol por si mismo no puede hacer otra cosa que esperar y recibir. sin esta premisa no podría dar. digamos que sólo opta a transformar. Y aunque quieran hacernos creer que el hombre también está limitado a eso quiero creer que más propio del hombre es el crear y destruir. los que sólo creen en la materia habrán comenzado ya a desgarrar el primer botón de su chaqueta, pero déjenme que les hable del plano de proyección.
el movimiento sólo se entiende con la variación del espacio y del tiempo. en estas variables se ha especializado el hombre y para ello ha visto necesario desarrollar un mundo virtual donde los hechos suceden antes de que acontezcan en ese mundo material. para participar de ese mundo es menester proyectar, anticiparse, construir en la nada con la memoria. ¿transformación? es posible, ¿pero transformación de qué? ¿de ideas?, ¿de voluntades?
lo que yo quiero sostener es que en ese proceso hay un salto cuántico donde se da la creación. es como una chispa de menor rango que el big bang pero que produce los mismos efectos. cada persona contiene un universo explorable pero inabarcable. existe un infinito dentro de nosotros además de entrañas. sintonizar esa dimensión es un ejercicio probablemente espiritual además de intelectual y sensible.
lo fascinante de todo esto es que si logramos traernos algo de ese mundo del que os hablo a éste, el de la materia, provocará en otro hombre que lo perciva una evocación a su infinito propio. surge así una red que comunica los distintos infinitos de cada individuo. lo que nos une es pues la percepción, aunque en cada cual sea distinta. es todo el aparato perceptivo el que es común en el hombre.
6 Comments:
de esto se desprende particularidades que me encajan:
-el arte es la red más global jamás instalada.
-el ciego sufre una descompensación perceptiva y su susodicho infinito lo carga en el resto de sentidos.
-el autista sufre la no correspondencia o traducción entre el mundo material y su infinito. el autista opta por instalarse en uno u otro mundo. esto amplía la definición incluyendo a las personas que renuncian a su infinito propio y viven en sólamente en la sustancia.todos hemos tenido alguna crisis autista y seguiremos teniendo. estas crisis son sintoma de aprendizaje en esa exploración tanto introspectiva como extrospectiva.
-el infinito animal es el instinto y es esencialmente sensible. de ahí que toda la comunicación sensible de los animales responden únicamente a éste instinto. el dominio del espacio y el tiempo animal se da por instinto, sirva de ejemplo un depredador con su presa. en ese acto el movimiento está al servicio de la supervivencia.
-el infinito vegetal se fundamentaría en el tiempo. quizas por eso sean reflejo del mismo. todo lo que son es paso del tiempo bajo una ley de crecimiento determinada por genética. el resto de seres vivos también albergamos esa esencia, pero el factor movimiento añade una complejidad mayor a ese resultado
y la conclusión más fuerte:
si el hombre no creara o destruyera y tan sólo transformara, todo el dominio de su espacio y del tiempo estaría al servicio del istinto, lo cual nos reduciría a animales.
creer en el hombre significa atribuirnos responsabilidades como creadores.
creo que por hoy está bien. por favor, contrasten o compartan su óptica.
Así que pretendías crear hoy y te ha salido esto en lugar de tu proyecto.
No mates la metáfora del árbol. También da frutos. El hombre perfecto sería árbol: crear sin destruir.(acuérdate de los figos)
Volveré ha leerlo y realizaré un comentario jucioso la próxima vez.
vale, pero cuando lo leas no tengas en mente crear como algo bueno y destruir como algo malo. ambas se dan y se necesitan.
Buff...
Bien. Te diré que yo pienso que nada es completamente malo ni nada completamente bueno. Si sólo se creara, sería tan negativo como si sólo se destruyera. Lo vemos en la naturaleza. Cuando un animal pierde su depredador, la superpoblación que este hecho provoca genera en sí un problema.
Luego el lobo feroz que de pequeños nos pintaban malo, en realidad es bueno, o al menos necesario.
Crear o destruir son partes de lo mismo. Nacemos para morir o morimos para volver a nacer. El sol calienta y evapora el agua en un punto del mundo para dejarse luego caer en otro punto en forma de lluvia. Pero lo que es imprescindible es sin duda un equilibrio, un Ying y un Yang en todo, no puede haber más creación que destrucción ni viceversa. El árbol en sí no arriesga pues no dará si no recibe y viceversa. Tal vez la perfección aparente del árbol es en realidad la imperfeccion de la cobardía o la comodidad, y sin embargo es necesario pues sin la pasividad del árbol, nunca sabríamos donde encontrar la sombra.
Besitos
realmente lo del árbol me sirvió como excusa para arrancarme en un soslayo (que no ensayo) sobre de cómo la indagación y comunicación del hombre generan por sí solas realidades de otra índole que la material y de cómo su "no materia prima" puede ser creada por el hombre con efectos reales sobre la materia.
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