los enamorados de rufieux
guiados por satélite llegamos a rufieux, un pueblito saboyano perdido en las montañas. El motivo: la boda de nadine lancha, una amiga de la familia, y jean-claude. ella es profesora de instituto en lyon, de ascendencia española y aspecto parisino. él es un francés simpático y neurótico, de vocación sindicalista, que todos lo miércoles abre las puertas de su casa y sienta a sus amigos a una mesa para comer y conspirar. siempre frraguan la revolución, algo inevitable para los que vivieron el mayo del 68.
la boda duró tres días y tres noches. sofisticados canapés, pirámides de copas de champagne, ancianos vinos, camareros elegantes y sonrientes (bien sûre), mucha chanson française, mucho baile, mucho tequila y eau de vie (aguardiente). nota de color: elsa, la hija de jean-claude. preciosa... simpática, alegre y preciosa.
después de tanto exceso fuimos con amanda, una amiga chilena, periodista y escritora, a lyon. nos acogió en su casa. ella se exilió hará ya 38 años. supo adaptarse bien y fundó un hogar para su familia. hoy tiene nietas francesas. su casa era una estantería constante, llena de libros y fotografías. descubrí que era amiga de neruda.
de lyon, marseille y toulouse sabréis en próximas entradas. ahora voy a armarme un cigarrito. salut.
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